querido diario #24

Querido diario,

Siempre me fascinaron las casas laberínticas.

Supongo que cuando creamos, intentamos esconder nuestra alma en la obra tras una especie de bucle infinito,

para que nadie llegue a conocernos del todo.

Al final un bucle no es otra cosa más que la representación finita de algo infinito, igual que el alma.

Uno es mucho más inteligente cuando sube una montaña.

Por eso el sabor del helado se debe escoger solo después de una larga caminata.

La vida funciona como un canon musical que avanza a través de un punto inicial y de pronto se vuelve a hallar en el punto de partida.

Porque todos en algún momento volvemos a casa, pero de pronto te das cuenta de que siempre estuviste en casa.

Hasta mañana,

yo.

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Editado con el filtro GAIA de mis presets para Lightroom :-)

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